En Marsella, un habitante de cada diez procede de las Comoras; estos mantienen una vida comunitaria muy rica y relaciones vivaces con sus islas de origen. Una carga que en ocasiones resulta pesada para los jóvenes crecidos en Francia, que albergan otras aspiraciones diferentes de la sacrosanta «gran boda» comorense y el respeto de las tradiciones. Por su parte, Fatima, Anzui y Faiswal intentan tejer diariamente vínculos entre las diferentes partes de su identidad, entre las culturas y las generaciones. Reflejo de una sociedad mestiza, inventan nuevos modelos, cultivando a la vez su independencia y el apego a sus orígenes.
PREMIO :
Premier Prix au Festival Territoires en images 2017