Anita deambula por una zona portuaria. Ha abandonado su hogar. Es de noche. Grúas iluminadas como horizonte, fábricas que escupen su humareda en los haces de luz, raíles abandonados a modo de camino. En medio de este decorado aparece una caravana, plantada ahí con su ambiente cálido y colorido. Anita se acerca a ella. Descubre un bar con sus clientes y su camarero. Se llama Goulven. En él encuentra la libertad que nunca conoció. En ella misma encuentra las ganas de aferrarse a la vida que nunca había sentido.
PREMIO :
Prizioù 2015 - Premio de la Lengua bretona en la categoría audiovisual